John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

sábado, 19 de mayo de 2012

TATUAJES LITERARIOS

Jack Kerouac, a la máquina de escribir,
un tatuaje verdaderamente elaborado
Intento, de verdad que lo intento, estar al tanto de cualquier tendencia relacionada con el universo literario, por excéntrica que parezca. No en vano uno de los objetivos de este blog es dar cuenta de cuantas curiosidades y fenómenos puedan resultar de interés para el bibliómano que por aquí se acerque. Sin embargo, reconozco que hasta hace dos días no era consciente de lo que es al parecer una moda que causa estragos entre algunos biblioadictos: el tatuaje literario.
El milenario arte del tatuaje, ya practicado en Egipto e incluso -según testimonian algunas momias, como la de Ötzi- entre algunos pueblos del Paleolítico, fue reintroducido en Europa gracias a las expediciones del capitán Cook a la Polinesia. Limitado en principio a los marinos y a algunas subculturas como la carcelaria, su recuperación por el movimiento hippy en los sesenta marcó el ascenso de una tendencia que en las últimas dos décadas se ha popularizado y generalizado hasta convertirse en algo casi banal. Cualquier visita a una playa o a un gimnasio puede dar fe de la frecuencia y diversidad de este tipo de body-art. Como consecuencia de esta enorme difusión, hay tatuajes de todo tipo y para todos los gustos, practicados en todos los lugares de la anatomía humana.
El tatuaje carga el cuerpo de significado, convierte la propia piel en un manifiesto vivo de las ideas, las preferencias o los deseos de quien lo ostenta. La literatura, en tanto que condensación del pensamiento,  así como en tanto que símbolo, ha hecho también su aparición en el universo del tatuaje, y con fuerza. A grandes rasgos, los tatuajes literarios podrían dividirse entre los textuales -aquellos que reproducen una frase o un poema, por lo general dirigidos a reivindicar la identificación del portador con su contenido-  y los gráficos, que reproducen un personaje, un autor o un motivo literario, que muestran igualmente la adscripción literaria de quien lo exhibe. Esta tendencia no ha pasado desapercibida para los medios que se ocupan de literatura, y hasta el Publishers Weekly se ha dignado a elaborar un ranking de los tatuajes literarios más frecuentes, basándose en gran parte (es obvio que los redactores de la revista no pueden ir por las calles pidiendo a la gente que les enseñen sus tatuajes) en los que se exhiben en las dos principales webs dedicadas a ello, contrariwise.org y The Word Made Flesh. Al parecer, el ganador absoluto es El club de la lucha, con la ayuda un tanto desleal de la película y del atractivo de Brad Pitt, seguido de cerca por Saint-Exupéry y su pequeño príncipe. De este último, las preferencias se dividen entre la frase "Lo esencial es invisible a los ojos" o alguna de sus ilustraciones:

Tatuaje perteneciente a Cassie Niemeyer, en contrariwise.org
Por si alguien se anima, a su propietaria le costó 200 dólares
y dos horas de tatuaje (según contrariwise.org)

El ranking parece estar copado por libros infantiles, pues a continuación figuran Maurice Sendak (mi tatuaje favorito es este) y Lewis Carroll, con su Alicia. Kurt Vonnegut ostenta un digno quinto puesto, con marcada preferencia por su frase "So it goes", que se ha convertido en una especie de emblema:


Pero la variedad es infinita y, puestos a ello, me parece que no debe ser fácil decidir cuál es la frase que uno grabaría de forma indeleble en su cuerpo. Teniendo en cuenta, además, que la expereiencia demuestra que los gustos -incluidos los literarios- suelen ir cambiando. Más de uno ha debido arrepentirse amargamente de haberse tatuado el nombre de su amada cuando ésta ha dejado de serlo (véase el caso "Winona forever", aunque yo a Johnny Depp se lo perdonaría todo), de modo que en este terreno, quizás es aconsejable no correr demasiados riesgos.

17 comentarios:

  1. Pues mira, siempre me resulta tranquilizador ver que existe gente aun más freak que yo con esto de los libros.
    Hay momentos en que temo por mi salud mental y estas cosas me reconfortan. Dios mío, me duele la espalda solo de ver el tatuaje de Kerouac.
    Nunca había oído hablar de esta... cosa.
    Autenticamente para lectores curiosos. Y valientes

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    1. Muy valientes, desde luego. Lo de la espalda-Kerouac me parece a mí también toda una hazaña.

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  2. Celebro esta entrada. Los tatuajes que me resultan más tentadores son los literarios, desde la cara de Rimbaud, o Nietzsche hasta un poema entero de Baudelaire.

    Un saludo.

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Y yo celebro que haya fans tan acérrimos como para tatuarse todo un poema de Baudelaire.

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  3. Pues yo un tatuaje ni de coña...iba pensando segun leía en que frase me podría tatuar y no se me ocurre ninguna..o se me ocurren párrafos demasiado grandes. Eso si, yo colgaría por mi casa posters conc itas de los libros que me gustan..eso sí que me encantaría.

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    1. Yo tampoco me veo tatuándome nada. Sobre todo porque me sería imposible decidirme por una frase determinada... La alternativa sería convertirme en el "hombre ilustrado" de Bradbury. Por cierto, ahora caigo en que debía haber mencionado a ese personaje en mi entrada. ¡Vaya despiste!

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  4. ...... yo soy una de esos freaks, desde ya hace unos cuantos años, lo reconozco. A punto estuve de ser una mas con Vonnegut en la piel, pero ganó Twain. No es el único tatuaje que tengo pero fue el primero y es el que más apego le tengo.

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    1. Me parece admirable (y valiente). ¿Se puede saber de qué frase se trata? Pura curiosidad literaria...

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    2. ha! O totalmente loco!
      Me acostumbra a dar verguenza enseñar mis tatuajes, por eso la mayoría de la gente no sabe que tengo, pero todo sea por satisfacer curiosidades literarias XP... es una frase que puede parecer sin consecuencia de "Life in the Mississipi", One lives to find out.

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    3. ¡Buena frase! Y gracias por satisfacer mi curiosidad. Hubiera sido frustrante quedarme con la intriga :)

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  5. Aunque tampoco soy de tatuajes, viendo el último que comentas, que es en efecto como un emblema, se me ocurre que haciendo un bucle podían acabar volviendo a la vida ahora, con esta costumbre, las viejas divisas medievales o los emblemas renacentistas y barrocos, algunos muy literarios, como el bellísimo y tristísimo "nec spe, nec metu" (ni esperanza, ni miedo), el precioso y cierto "meliora latent" (lo mejor subyace), o el muy bibliómano y hermoso "post tenebras spero lucem", que usaron varios impresores desde el siglo XVI.
    No sé cómo me las arreglo, que siempre que me decido a comentar me sale un ramalazo rancio, pero bueno, le voy a dar a la tecla publicar, que mucho peor es tatuarse una palabra china o japonesa con los caracteres al revés, como andan por ahí no pocos.

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    1. Nada de eso, Urzay, lo de los emblemas viene muy a cuento. Y la idea me parece bellísima. A ver si te animas a hacer un post sobre ella, valdría la pena.
      Por cierto que "post tenebras spero lucem" creo que lo voy a adoptar para los tiempos que corren. ¡No perdamos la esperanza!

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  6. A mi mundo tatuaje si que me interesa, aunque el que se ha tatuado lo de Keruac ya me parece un poco excesivo, y algo así nunca me lo haría.

    Se me ocurre alguna cita que no estaría mal tatuarme pero creo elegiría más la obra de algún ilustrador que también me pudiera gustar. Creo que un buen dibujo podría ser mucho más visual. Pero siempre he pensado que cuando me haga un tatuaje ha de ser muy bueno, y hecho por un muy buen tatuador. Y por una cosa u otra aún no he visto el momento. Pero creo que algún día sí que me haré alguno.

    Veo en el link que pones de Johnny Depp que parece que este también le da a los libros, porque dice que tiene en el antebrazo las palabras "Silence Exile Cunning" que se ve que son del libro Retrato del artista adolescente de James Joyce.

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    1. Por lo visto, parece que Depp le da a todo tipo de tatuajes. La verdad es que nunca he pensado tatuarme (antes pensaba que era porque soy demasiado mayor, pero he visto a mucha gente de mi edad con ellos, así que quizá es sólo falta de valor por mi parte), pero de hacerlo, seguro que sería alguna frase literaria.

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  7. Una amiga inglesa tiene una frasecita de Jane Eyre tatuada en cada brazo.

    No creo que me haga uno, pero si lo hiciera creo que tendría muchas posibilidades de ser literario.

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  8. El tatuaje no va conmigo, aunque para los que se atreven veo una alternativa a tanto tatuaje tribal el poder hacerse uno literario.
    Aunque no sean de tipo literario, la mejor película sobre el tema: "Memento".
    Intento recordar un relato que hablaba sobre un tipo al que le pintaban una obra en la espalda y esta adquiría un gran valor, hasta el punto de que se la querían comprar y exponer. Diría que era un relato de Roald Dahl (a ver si hago memoria).
    Saludos.

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    1. Ahora que lo dices, me suena... o quizás es que es simplemente lógico. Si los grafiti alcanzan cotizaciones millonarias, ¿por qué no los tatuajes?

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