John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

martes, 20 de abril de 2010

LIBROS QUE NO EXISTEN

No vamos a hablar aquí de los libros inventados, aquellos que se mencionan en otras obras, pero que no han existido nunca en realidad. Forman parte, ciertamente, de una sólida tradición y cuentan con casos paradigmáticos, como el del Necronomicon citado por Lovecraft, cuya existencia resulta tan convincente que las bibliotecas se han hartado de recibir peticiones de esta obra nunca escrita. No, vamos a hablar de algo más curioso: de los falsos libros, esos lomos que adornan una librería y detrás de los cuales no hay nada. En el siglo XIX, sobre todo en Inglaterra, se desató la moda de los falsos libros, no tanto para ocultar detrás algún objeto -que también-, sino como broma particular, guiño de bibliófilo, podríamos decir. Así, la biblioteca de Dickens ostentaba no menos de 10 (falsos) volúmenes que llevaban el sonoro título de : Catalogue of Statues to the Duke of Wellington. Una broma muy propia del sutil sentido del humor dickensiano. Y también, como las cajas chinas, se da el caso de "falsos" falsos libros, es decir, los que aparecen en una obra de ficción. Aldous Huxley cita en su novela Crome Yellow [Amarillo cromo] la biblioteca de una mansión que contiene una hilera de falsos libros que llevan por título respectivamente: Biografías de hombres que nacieron grandes, Biografías de hombres que llegaron a ser grandes, Biografías de hombres a los que les obligaron a ser grandes y, por fin, Biografías de hombres que nunca fueron grandes. Casi dan ganas de ponerse a escribirlos.

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